miércoles, 30 de diciembre de 2015

Somos.

"Que no te engañe una fachada reluciente
que aquí lo único que importa

está debajo de piel."



Que no somos lo que vemos,
que no somos de donde nacemos,
ni de donde crecemos.
Ni siquiera somos de quien nos trae al mundo.
Ni siquiera somos de nosotros mismos.

Somos de los días eternos,
de las noches sin dormir,
de quien nos hace reír.
Somos de quien nos cuida,
de quien nos mima,
de quien nos quiere,
de quien está ahí
incluso cuando no está.

Somos de los libros que leemos,
de las películas que vemos,
de las canciones que escuchamos con los ojos abiertos
y, sobre todo,
de las melodías que aparecen cuando tenemos los ojos cerrados.

Somos los atardeceres que fotografiamos
y los amaneceres que vimos salir.
Somos de las noches que lloramos,
de las ojeras que tenemos
      y de quien nos las provoca.

Somos de nuestras manías,
de nuestros caprichos,
de nuestros complejos,
de nuestras virtudes
y nuestros defectos.
Somos los "te quiero" que decimos,
los "gracias" que recibimos,
los deseos que (no) cumplimos.
Somos, somos.
Estúpida manía la nuestra
que nos encierra en querer buscar respuestas,
cuando deberíamos tener claro
que somos lo que no vemos
cada vez que nos miramos al espejo.
Que somos todo lo que hay detrás
y no queremos verlo.
Que nos creemos los personajes
y somos los camerinos.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Pequeña y caótica tormenta invernal.

A veintisiete de diciembre,
una chica de invierno como yo
debería estar feliz
por tener las manos heladas,
los labios con heridas,
el pelo mojado
y el viento frío acariciándole la cara.
Pero no.

Me falta la tormenta de invierno
de vientos huracanados a no se cuántos kilómetros por hora,
de días de lluvia torrencial,
de noches sin luz,
de truenos y rayos,
de paraguas rotos,
de besos fríos,
de abrazos calientes,
de sueños despiertos,
de te quieros escondidos,
de deseos por cumplir,
     de ti.

Porque no sé en qué momento
empezaste a ser mi tormenta,
mi desorden,
el frío de este caos invernal.

Pero un invierno 
no puede ser sin tormenta,
al igual que yo no puedo 
ser sin ti.

sábado, 12 de diciembre de 2015

"A pesar de la hipotermia quiero diciembres contigo."

Que no sé por dónde empezar,
esta ciudad se me ha hecho inmensa
desde que no estás,
desde que me falta tu mano para caminar,
desde que todos los recuerdos contigo se van.

Me quedo sin aliento,
todavía se me hace raro
lo de echarte tanto de menos.
Que recorría todo el globo en una noche
pegada a tu espalda,
y ahora solo recorro el lado frío de la cama.
Que no importa el frío que haga
que contigo nunca me quedo helada,
que me olvido de la hipotermia en tus brazos,
que cualquier diciembre contigo
es como estar a cuarenta grados.

Viviendo al límite,
paseando al filo
de tu cuerpo con el mío.

Queriendo a centímetros unas manos
que prometan no irse a hacer la guerra.
O que se vayan,
si después hacen el amor para reconciliarse,
para olvidarse de los besos que no se dieron
y de los días que perdieron
por no saber decir "te quiero".

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Someone.

Solo quiero a alguien
que sabiendo que soy una maniática del desorden
entienda que ordenaría todo mi caos interno
solo por verle sonreír.

Solo alguien que vea
que por muy negro que sea mi interior
siempre intentaré llenar de colores
el de aquellos que me rodean.

Solo alguien que sepa
que yo soy un puto invierno
pero que me descongelaría sin pensarlo
para estar con el verano de mi vida
una última vez.

Alguien.

Alguien que me escuche llorar
y me calme con su silencio.

Solo alguien que conozca mis miedos
y se quede para besarlos.

Solo quiero a alguien
que no tenga miedo de pasar la noche en vela
porque sabe que yo le dejaría dormir en mis ojeras.

Solo alguien que sepa
que mis ojos son un mar de complejos
que taparía uno a uno para no hundirle.

Alguien que vea
que soy un atardecer
que se volvería noche
solo para despertar con su amanecer.

Solo alguien que entienda
que daría todo lo que soy
solo por verle sonreír,
aún sin saber
si esa persona haría lo mismo por mí.

Necesito a alguien
que dé por mí más
de todo lo que yo llevo dando por él.

Alguien.

Solo alguien.

martes, 8 de diciembre de 2015

Eat, rEVOLution, sleep and repeat.

Gracias por seguir ahí,
al pie del cañón
       conmigo.

Gracias por no dejar
de preocuparte por mí,
por no dejarme de hablar,
por no dejarme
        de lado.

Que parecía que esto se acababa,
y lo que hiciste fue que se acabaran mis dudas
y mis miedos,
que no dejara de perseguir mis sueños,
que me animara al sentir tu aliento
aunque fuera lejos.

Que todavía siento mis deseos
de recorrerte entero
por las pecas de tu espalda
y volver a empezar,
y volver a empezar,
y volver a empezar.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Close the door, open the heart.

"Nunca se sabe qué encontrará uno tras una puerta. 
Quizá en eso consista la vida: en girar pomos."




Abrir puertas,
siempre abrimos puertas.
Giramos los pomos de manera frenética
deseando encontrar al otro lado
algo que satisfaga nuestra curiosidad interior.
Sabiendo que la curiosidad mató al gato,
pero esperando que ésta tenga clemencia con nosotros,
aunque solo sea una última primera vez más.

Abrimos puertas.
Nuestras puertas.
Todos tenemos puertas.
Algunos las tienen entreabiertas,
otros las tienen con varias vueltas de llave
y dos o tres pasadores.
Tras ellas encerramos nuestros miedos,
nuestros deseos,
nuestras virtudes y,
muchas veces,
nos acabamos encerrando a nosotros mismos.
Entramos y cerramos el pestillo,
no queremos salir de nosotros mismos,
no queremos volver a pasar
por lo que ya hemos sufrido.

No dejamos que nadie abra nuestras puertas,
es más,
ocultamos con una estantería llena de libros nuestras entradas,
no vaya a ser que descubran a la Ana Frank
que todos llevamos dentro.

Cerramos nuestras puertas
pero no abrimos ninguna ventana.
Hacemos ver que no tenemos puertas para abrir,
nos insonorizamos a nosotros mismos
para no dejar que los miedos hablen por nosotros.
No dejamos que nadie toque nuestros pomos.
Aún así, nos volvemos locos.
Todos locos.
Deseamos con todas nuestras fuerzas
que las personas que queremos nos abran sus puertas
aún sabiendo que nosotros llevamos dentro
puertas tapiadas que no queremos que nadie abra.

No tengas prisa,
llegará el día en el que dejes una puerta mal cerrada a propósito,
dejando que alguien se lleve una parte de ti,
y esa persona hará lo mismo contigo.
Te dejarás llevar,
dejarás que entre por la puerta como si estuviera en su casa,
sabiendo que la va a cuidar por muy desordenada que esté,
y tú harás lo mismo.

Es sencillo,
espera que las personas que te acompañan a lo largo de tu vida
tengan puertas cerradas y de difícil acceso,
permite que nunca te abran todas sus puertas.
Así nunca importará el tiempo que pase,
siempre tendrán algo que enseñarnos,
algo que descubrirnos,
algo que confiarnos.
Algo con el que nos dan el poder de hacerlo pedazos,
y aún así saber que nunca vamos a hacerles daño.
No cierres tus puertas para siempre,
solo aprende quien merece abrirlas
y echar un vistazo en tu interior,
quien no
y quien nunca.

Aprende a querer a las personas que merecen que las quieras.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

And remember, everything is gonna be okay. I love you.

Qué va a ser de nosotros
si un día nos faltan las risas,
si nos faltan los abrazos,
las caricias.

Qué va a ser de nosotros
si al mirarnos ya no vemos nada,
si al perdernos ya no nos encontramos,
si al caminar ya no nos cruzamos.

Qué va a ser de nosotros
si un día dejamos de hablarnos,
si un día no volvemos a vernos,
si un día ya no estamos.

 Porque dime,
 amor,
¿qué va a ser de nosotros
si el simple hecho de pensar que no me roza tu piel
ya no me deja respirar?
Dímelo, que yo no sé.
Dímelo que yo no puedo
        (vivir sin ti).