lunes, 30 de mayo de 2016

Sieteemes.

"Dicen que maduras 
cuando aprendes a despedirte de tus seres queridos,
y yo nunca he querido madurar."


Sí, he vuelto a caer.

¿Sabes? Esta va a ser la séptima semana sin ti
y todavía seguimos esperando a que llegues
y nos abraces.
Que llegues y nos digas
que no todo es un camino de rosas
pero que saldremos adelante gracias a nuestro coraje.

Lo siento,
tu nombre sigue dando vueltas en mi cabeza
y no puedo decir con certeza
que vayas a salir pronto de ella.

Te he visto llorar y reír,
estudiar y salir,
querer y odiar,
caer y volver
                       [a intentarlo.

Te he visto crecer y correr,
perder y ganar,
abrazar y besar,
bailar y cantar
                      [a pleno pulmón.

Te he visto sonreír y cambiar,
escribir y sentir,
leer y creer,
soñar y ser,
vivir y...

No me hagas pronunciarlo,
ojalá nunca tuviera que rimarlo,
que rimarte,
que mirarte ahí metido
                               [sin vida.

Ojalá nunca tuviera que hablar de ti en pasado.

jueves, 26 de mayo de 2016

You're magic.

Y tal vez me repita,
pero creí en ti
como un niño cree en la magia o,
mejor aún,
creí en ti como un adulto cree en la magia,
que aún sabiendo que no existe
espera con emoción que el mago diga
que no hay gato encerrado,
ni conejo en la chistera,
ni as en la manga,
que simplemente es magia.

miércoles, 11 de mayo de 2016

15:59; Saudade.

"A ver si dejo de pensar con el corazón
y siento más con la cabeza."




Hoy si pudiera pedir tres deseos,
te pediría tres veces a ti.
Que nunca me faltes,
que tú me haces vivir.
Me das tanto
con solo verte sonreír...

Tú no lo sabes,
pero eres mi anhelo,
mi consuelo en las noches frías,
mi recuerdo de las primaveras vacías
                                                                     [por dentro.


Que tú llevas flores allá a donde vas y,
joder,
ojalá tú te pudieras ver como lo hacen mis ojos
que no se quieren perder ni una de tus miradas perdidas.
Que ironía amor,
no hay quien entienda a estos putos sentimientos
que aún a sabiendas de que no se puede,
van ellos y lo intentan.
Son incansables,
imparables,
indomables,
inalcanzables
                                                                 [como tú...

Tal vez un día comprendas
que todo lo que hago es por verte feliz,
y me importa muy poco todo lo que opinen esos mierdas
Tú eres mi norte,
mi rosa de los vientos,
mi soporte,
el que pone nombre a mi insomnio
y a las tormentas de mis adentros.

Sinceramente amor, te quiero
y espero que algún día
tú seas capaz de hacerlo.

lunes, 9 de mayo de 2016

6- M

Tres semanas dende que non estás aquí.
As homenaxes na túa honra seguen aflorando
ó igual que as flores coa primavera,
ó igual que a nosa música coa túa presenza.

Todo está cambiado,
ninguén ten ánimos
e a túa cadeira segue baleira
                         [e seguirao estando.
Deixaches un oco en nós que ninguén vai ocupar,
unha melodía que ninguén vai tocar,
un sorriso que non volverá,
un gol que ninguén vai marcar.

Volve,
aínda que só sexa unha última vez máis.

jueves, 5 de mayo de 2016

La historia de un bala perdida y un desastre.

Que le dije que era un desastre,
que no dormía hasta tarde por recordarle,
que era la pequeña de las dudas infinitas,
que el miedo podía con mis ganas,
que mis ojeras eran bonitas
y casi siempre vivía entre puertas de acero,
llorando y sin sonrisa.

Que tenía poco que ofrecer,
         o más bien nada,
que un alma hecha trizas de poco sirve hoy en día.

Que por si poco fuera,
yo era poeta
y a veces me gustaba escribirle a la luna,
o ponerle a él como musa
dejando que su melodía
fuera la banda sonora de mi vida.

Que quería demasiado y,
a menudo,
lo hacía con los menos adecuados.

Me dijo que él era un bala perdida,
que le encantaban mis mentiras
porque yo era como un faro en plena ventisca.
Que amaba al desastre que me envolvía,
que pocas horas dormía
y al día siguiente lucía
esas banderas negras bajo los ojos que,
lejos de pedir paz,
estas pedían guerra
                           de sonrisas.

Que se quedaba para besar las cicatrices de mi alma
y leer mi poesía,
que ojalá todos mis poemas fuesen dedicados,
dijo,
a alguien más centrado,
con menos pájaros en la cabeza
y más en las manos,
a alguien que no fuese un bala perdida
por perderse una de mis sonrisas.

Entonces comprendimos
que éramos iguales
pero siempre distintos
                              imposibles.
Queriéndonos a morir,
matándonos por querernos,
pero siempre en silencio.