Puntos suspensivos.

"No sé si son tus besos 

o este tripi que me sube."

Tú
siempre presente,
siempre a mi lado,
riendo y llorando,
mirando y callando,
queriendo y esperando...

Yo
siempre intermitente,
siempre perdida y
en busca y captura.
Abrazando y cuidando,
dando la mano y volando
con el ciento de pájaros
      [que tenías tú en la cabeza,
durmiendo y soñando
      [contigo...

Tú
siempre tan tímido,
tan aquí y ahora,
tan adulto y a la vez tan crío...

Yo
siempre tan introvertida,
tan ya veremos si me encuentras,
tan madura y jodida 

     [de la cabeza...

Tú
enlazando tus dedos
    [con los míos...

Yo
apoyando mi cabeza
     [en tu hombro...

Tú
agarrando mi pierna
     [y mi alma...

Yo
metida en tu chaqueta
      [y tu cabeza...

Nos rodean puntos suspensivos
y ojalá solo lo hicieran nuestros brazos...

4 a.m

Con lo mucho que me había esforzado
por tener todos los colores posibles en mi paleta
y estos días no dejo de verlo todo gris
      [de nuevo.

Llueve,
tormenta de verano
cargada de soldados tristes
que me avasallan el corazón
y las fuerzas.

Tengo las pestañas inundadas
de tanto pensar
                          -te.
Tengo las entrañas jodidas
de tanto esperar
                         -te.
Tengo los nudillos destrozados
de tanto buscar
                         -te.
Tengo la voz encerrada
para que ya no (te) llame.

Quiero querer(me) de nuevo

Y si...

Y si algún día nos encontramos
por casualidad
     [completamente intencionada,
y yo finjo tropezar
en el filo de nuestros recuerdos
hasta coincidir con tus pupilas hirientes...

Y si alguna noche de fiesta
nos encuentra de nuevo la tormenta
      [juntos
y nos volvemos a cambiar las chaquetas
hasta caer rendidos de sueño
en cualquier calle empedrada

del centro de nuestros delirios...

Y si una mañana cualquiera
nos despertamos y no nos tenemos al lado
o peor aún,
si nos despertamos en la misma cama
y nos vemos a kilómetros de distancia...

Y si algún día dejo de jugar con mis miedos
y gano la partida,
que a la tercera va la vencida
      [y yo siempre acabo siendo la tercera,
y mis demonios me liberan
hasta gemir con los tuyos...

Y si una tarde de invierno
me encuentro perdida en tus ojos
y buscándote entre la gente que me rodea
      [pero no me ayuda,
y decido armarme de valor
para cogerte la mano
y decirte que ahora sí,
ahora vamos a intentarlo...

Y si un amanecer extraño nos encontramos
y nos besamos hasta que se nos mueran las dudas,
y entre tú y yo no haya más ropa que las ganas...

Y si en algún momento todo eso pasa
solo quiero que sepas
que ha sido porque,
en esta batalla interna que los dos libramos en nuestros adentros
con miles de soldados tristes desfilando,
por fin el deseo ganó al miedo
       [y no puedo estar más feliz de ello.