lunes, 6 de febrero de 2017

RevoluciónARTE

Tenía sed
y tú fuiste agua.
Tenía sed de cambios
y tú fuiste revolución.

Fuiste arte
y me dejaste revolucionarte
en el sentido más amplio de la palabra.
Con mis noches a medias
y mis malas mañanas,
con las tardes perdidas
y las madrugadas de llamadas
            [eternas.

Como tu sonrisa,
tus ganas siempre de querer seguir,
tus miedos arrinconados
en el baúl de los olvidos.

Cómo amo tu fuerza,
tu paciencia,
tu cariño,
tu frío.

Que fuiste punto cardinal
y yo recorrí varias veces esta brújula perdida.
Que fuiste canción
y yo quemé el reproductor de tanto ponerte.
Que fuiste silencio
y yo callé a mis miedos para escucharte.

Y otra vez arte.

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