lunes, 17 de abril de 2017

Número 365, calle M.

Como ya es costumbre
empezamos las cosas tarde
porque las palabras y las heridas asfixian
y toca soltarlo para dejarlo marchar,
arrepintiéndonos siempre de lo que no fue,
pidiendo perdón por no haber estado ahí,
por no ser la persona que deberíamos haber sido,
sintiendo no habernos despedido esa última vez
y mandando cartas
que ya nunca vas a leer
                     [como esta.

A día de hoy sigues doliendo,
y aunque sé que no puedo pedirte nada,
podrías volver
                      [para quedarte,
al menos para hablar
o aunque solo sea para despedirnos
y decirte así lo que nunca te dije
                       [por miedo
y pedirte perdón
por no demostrarte lo mucho que te admiraba,
lo mucho que te quería.

A veces pienso que me gustaría olvidar el pasado
y no recordar qué soy
                       [ni quién eres,
pero cada vez que lo hago
asimilo de nuevo que soy gracias a ti,
y entonces dejo de desearlo
y solo quiero volver,
volver al pasado para abrazarte
                      [y ojalá pudiera abrazarte otra vez,
me fundiría en un abrazo eterno contigo.
Un último abrazo
                     [pero ya no puedo salvarte por mucho que te eche de menos.

Sé también que nunca dejé que me mostraras
todo lo que podías enseñarme
y que quizás,
y solo quizás,
seas la única persona por la que me replanteé la vida
y la confianza en la humanidad,
y por eso no lo hubiese echado todo por la borda
solo por unos cuantos monstruos.
Que en lo más profundo de mi alma
sigo esperándote con la puerta entreabierta
porque no puedo dejar de echarte de menos.

Porque hay heridas que con el mínimo roce sangran demasiado
y esa es la diferencia entre vivir y sobrevivir,
porque a pesar de toda esta guerra y todo el daño,
nos hicimos felices,
nos hicimos más fuertes en este año.

¿Sabes?
No hay día en el que no me acuerde de ti
y ojalá no te hubieses ido,
porque desde aquel 15 de abril
no has dejado cuerda de tender
donde seque toda esta tristeza
y la temperatura estará siempre un par de grados bajo cero.

Sinceramente, no tengo mucho más que escribirte:
Gracias por los infinitos momentos,
gracias por todo lo que me has podido aportar,
gracias por enseñarme a vivir,
a sonreír
y a querer sin miedo.
Gracias, y siempre gracias, por sonreírme.
Ojalá pudiera vivir mil primaveras más contigo.
Ojalá esta historia continúe de la manera que sea
porque nadie pudo,
puede,
ni podrá
ocupar tu lugar.
Hasta siempre.

P.D: ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!
Siento mucho haberte querido tanto
y habértelo dicho tan poco.
-----------------------------------------------------------
La magia en este texto la han puesto @Nastideplastic@xlSweetsorrow ,
@david_mc__@mimiperez97@eligonzlez97, @chipi4rap, @matoal99, @angelahodar. @Naati99PA, @Paula_NG98, @RubenFrieiro, @CaarmeenPlaataa@stillfearless_, @sweetjodiee y @cuandomequieras.
Mil gracias por compartir conmigo vuestros sentimientos y por permitirme hacer una batalla colectiva en la que luchamos todxs juntxs. Gracias infinitas por ser luz y hacer magia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario